Propuestas de China para impulsar la reforma estructural de la economía mundial

Actualizado a las 01/09/2016 - 15:40

Palabras clave：economía,reforma,Cumbre

Por Zhang Qizuo, Diario del Pueblo

Hangzhou,01/09/2016 (El Pueblo en Línea) - La explicación subyacente a la débil economía mundial se debe a causas estructurales a medio-largo plazo.

En medio de un contexto de estas características, China, como actual titular de la presidencia rotativa del G20, se esfuerza en cosechar los frutos de la Cumbre de Hangzhou profundizando la reforma estructural financiera internacional mediante la presentación de nuevas soluciones para una gestión del sistema financiero global más eficiente, transformando el G20 de un mecanismo de crisis-respuesta a uno a largo plazo uno, y poniendo de relieve el papel más importantes del G20 en el crecimiento económico global y la cooperación internacional.

La economía mundial está experimentando una desaceleración. Las políticas monetarias no han podido detener la disminución del crecimiento de las economías desarrolladas en el segundo trimestre. En el pasado segundo trimestre, EE.UU. sólo tuvo un crecimiento del 1,2%, mientras que la Unión Europea y Japón tuvieron un crecimiento del 0,3% y 0,2% respectivamente.

Mientras tanto, excepto China e India, que mantuvo un crecimiento relativamente estable, las economías emergentes no lograron frenar su tendencia a la baja.

La evidencia anterior muestra que la crisis financiera internacional sigue afectando a la economía mundial. A medida que las fuerzas impulsoras creadas durante la última etapa de la revolución tecnológica e industrial están perdiendo vapor, el potencial de los sistemas económicos tradicionales y los patrones de desarrollo se está desvaneciendo.

La crisis financiera de 2008 también agravó el desequilibrio de la arquitectura económica mundial después de que se expusieran las fallas estructurales y los riesgos sistemáticos del sistema de gestión financiero internacional tradicional dominado por el dólar.

Se han producido grandes cambios en el panorama económico mundial. Sin embargo, en el sistema de gestión financiero tradicional, los países de mercados emergentes y en vías de desarrollo están insuficientemente representados. Sus cuotas y derechos de voto en el FMI no se ajustan a su creciente contribución económica.

Como resultado, el sistema tradicional ha causado un descalce de monedas de mercados emergentes y de los países en vías de desarrollo. Por tanto, el efecto indirecto negativo de las políticas expansión cuantitativa lanzadas por los países desarrollados se transfieren a ellos, lo que resulta en su desequilibrio de la estructura económica.

Haciendo frente al desequilibrio estructural a largo plazo de la economía mundial, el G20 tiene que pasar a ser de un mecanismo de crisis-respuesta a uno de gobernanza económica a largo plazo.

Desde que asumió la presidencia rotativa del G20, centrándose en el tema "Una economía mundial innovadora, revitalizada, interconectada e inclusiva", China ha identificado 9 áreas prioritarias y 48 principios en la reforma estructural. Se propone ampliar la demanda a través del aumento de la inversión en infraestructura y construir un nuevo orden internacional justo.

Además de estos esfuerzos, China también ha reactivado el Grupo de Trabajo Internacional de Arquitectura Financiera, y ha elaborado una agenda para el G20 que tiene como objetivo forjar una arquitectura financiera internacional más estable y resistente.

Una serie de sugerencias prácticas y plausibles sobre la ampliación de la aplicación DEG; fortalecer la red de seguridad financiera internacional; acelerar la cuota y reforma de la gobernanza del FMI, mejorar la supervisión y la gestión de los flujos de capital; y mejorar los mecanismos de reestructuración de deuda soberana también son puntos que China presentará en esta Cumbre.

De hecho, China es un país modelo en lo relacionado a la reforma estructural. Sus esfuerzos para ampliar moderadamente la demanda agregada y poner en práctica la reforma estructural de la oferta basándose en la reducción de la capacidad de producción, liquidación de existencias, desapalancamiento y reducción de costes están empezando a dar sus frutos.

El PIB de China mantuvo un crecimiento del 6,7% en la primera mitad de este año y su desarrollo socioeconómico presentó un impulso gratificante, lo que contribuye al crecimiento económico mundial.

Con estos esfuerzos, China ha proporcionado sus propias propuestas para un gobierno financiero global más eficiente. Aparte de aumentar la representatividad y las voces de los mercados emergentes y de os países en vías de desarrollo, las propuestas también tienen como objetivo impulsar el crecimiento económico abordando tanto los síntomas como las causas fundamentales.

Mediante la utilización de políticas fiscales y monetarias para hacer frente a los retos actuales, las propuestas también esperan aumentar el potencial a medio-largo plazo del crecimiento económico mundial a través de la reforma estructural.

(El autor es economista y director del Centro de Estudios Estratégicos y de Desarrollo Económico para el G20 y los Países Emergentes)