URUMQI, 24 oct (Xinhua) -- Cerca de 1,85 millones de personas han salido de la pobreza entre 2014 y 2017 en la región autónoma noroccidental china de Xinjiang a través de las políticas de apoyo implementadas en zonas muy afectadas por la pobreza.
La oficina de alivio de la pobreza de la región indicó que durante este periodo unos 470.000 hogares, que agrupan a 1,85 millones de personas, salieron de la situación de pobreza y la ratio bajó del 22,84 al 11,57 por ciento.
Con el apoyo del gobierno central y de otras provincias, así como de empresas que han proporcionado ayuda a Xinjiang, la región ha puesto en marcha una serie de políticas que favorecen el desarrollo de industrias, turismo rural, educación y atención sanitaria en las áreas del sur.
En 2017 la región invirtió más de 6.100 millones de yuanes (879 millones de dólares) en la lucha contra la pobreza y más del 80 por ciento de los fondos se destinaron a cuatro prefecturas meridionales: Hotan, Kashgar, Aksu y Kizilsu Kirguiz. Se encuentran en los límites del desierto de Taklimakan, el más grande de China y el segundo más grande de arena en desplazamiento del mundo.
La gente que vive en estas prefecturas ha sufrido a causa del tiempo imprevisible y la pobreza durante décadas.
Hasta el año pasado había más de 1,33 millones de personas que vivían en una situación de pobreza extrema en estas zonas.
No obstante, en torno a 410.000 personas pobres de estas cuatro prefecturas saldrán de esa situación, según las previsiones de un plan de reducción de la pobreza a tres años.
Para contribuir a la mejora de las condiciones, la región también ha hecho esfuerzos continuos para aumentar el empleo en la zona. Un creciente número de gente que estaba bajo el umbral de la pobreza ha encontrado empleos mejor pagados e ingresos estables como resultado.
Un ejemplo es Ahmat Abdullat. Era un granjero pobre de la localidad de Tetir, en Kashgar, en donde se dedicaba a cultivar y vender nueces y a otros trabajos temporales.
Ahmat participó en un curso de formación organizado por una empresa del textil con sede en Shanghai a principios de este año, tras lo que se ha convertido en supervisor de seguridad en un taller de la firma y gana unos 2.500 yuanes al mes. Esta ocupación, afirmó, ha ayudado a su familia a salir de la pobreza.
Por su parte, Awarigul Tetir lleva dos años trabajando para una empresa de fruta de Shanghai en Kashgar. Está muy orgullosa de su trabajo. "Solo quiero trabajar más duro y ganar más para poder decorar mi casa y hacer que sea más bonita y cómoda", declaró.