Coloridas linternas de metal y vidrio hechas a mano, conocidas como fanoos en árabe, son un escenario común en Egipto durante el mes sagrado del Ramadán y las tiendas están llenas de clientes a pesar del alza de los precios.
Los fanoos aparecieron en Egipto hace cientos de años, durante el califato fatimí, y servían para iluminar las oscuras calles, aunque más tarde se convirtieron en un juguete tradicional con el que los niños se divierten en las noches del Ramadán.
En el barrio de Sayyida Zainab, en El Cairo, cientos de lámparas atractivas cuelgan en mostradores especiales durante una concurrida noche del Ramadán mientras las personas las compran para sus hijos o para ellas como adornos para puertas, vestíbulos, corredores, restaurantes, oficinas y otros lugares.
Nour Oraby, una estudiante universitaria de alrededor de 20 años, recorrió el mercado en busca de un fanoos hasta que eligió uno tradicional de tamaño mediano cuyos vidrios laterales estaban decorados de rojo, azul, amarillo y verde.
"Comprar un fanoos es un deber en Egipto, es parte de la cultura durante el mes sagrado y he adquirido linternas desde que era muy pequeña", dijo una joven a Xinhua, quien lamentó el hecho de que el alza de los precios llegara al mercado de las lámparas.
Durante los últimos cinco años de disturbios políticos, Egipto ha estado sufriendo una recesión económica que ha conducido a una disminución del turismo, a bajas reservas de divisas, a una devaluación de la libra egipcia frente al dólar y al aumento del precio de los alimentos, los servicios y otros artículos.
En la última década, los comerciantes egipcios han importado lámparas similares a juguetes y basadas en tecnologías innovadoras, principalmente de China.
Sin embargo, este año, y debido al alza del dólar así como a las condiciones económicas desfavorables, los comerciantes de lámparas han importado menos y optan por depender más de la reaparición de las lámparas artesanales egipcias, incluso introduciendo nuevas lámparas de madera.
"Este año, el precio de las lámparas subió por varias razones, incluyendo el aumento del dólar. Por consiguiente, hay menos ventas que el año pasado, razón por la que redujimos la importación de lámparas porque entendemos la situación financiera de clientes", dijo Umm Abdullah, una vendedora de lámparas de alrededor de 30 años.
Umm Abdullah dijo que ha estado trabajando en el negocio de las linternas durante 10 años y está consciente de que incluso los pobres adquieren lámparas porque es una tradición del Ramadán que entretiene a los niños que juegan con ellas.
Mahmoud Fathy, otro vendedor de linternas del Ramadán, indicó que las condiciones económicas del país hacen que las personas prefieran las lámparas de Ramadán más baratas que sólo utilizarán durante el mes sagrado.
Las linternas del Ramadán son una fuente de diversión para todos los egipcios sin importar su edad.
Ya no son consideradas únicamente juguetes para los niños y la mayoría de los hombres compran linternas de Ramadán como un regalo para sus novias o esposas. Algunas amas de casa las adquieren para iluminar sus casas con luces tradicionales y coloridos.
"Mi esposo me compra un fanoos cada año y tengo todos en casa. Siempre le pido que me compre una aunque ya esté vieja", dijo Shaimaa Zakariya, una ama de casa de 26 años de edad.
Zakariya dijo que "después de todo, el Ramadán carece de significado para mí sin un tradicional fanoos" y enfatizó que las fanoos tradicionales hechas en casa le recuerdan su infancia.