BRASILIA, 10 ene (Xinhua) -- La inflación oficial de Brasil cerró 2017 en un 2,95 por ciento, por debajo del objetivo del gobierno de un 4,5 por ciento con una tolerancia de 1,5 puntos porcentuales, informó este miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Es la primera vez que esto sucede desde que el país implantó el régimen de objetivos en 1999.
Por ese motivo, el Banco Central tendrá que enviar una carta abierta al ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, explicando los motivos del incumplimiento del objetivo.
De acuerdo con los registros del IBGE, este índice es el menor desde 1998, cuando llegó al 1,65 por ciento, y menos de la mitad de la inflación acumulada en 2016, cuando la tasa quedó en un 6,29 por ciento.
El resultado de 2017 fue impulsado principalmente por el aumento de precios de los planes de salud y de los productos y servicios relativos a la vivienda y al transporte.
Lo que explica la fuerte desaceleración de la inflación es el comportamiento de los precios de alimentación y bebidas, que tienen el mayor peso en el cálculo del índice.
Con el aumento del 30 por ciento de la cosecha de granos, los productos básicos tuvieron una caída de 1,87 por ciento e impidieron que la inflación avanzara más.
Los precios al consumidor de los alimentos cerraron el año a la baja, con un 4,85 por ciento, bajo la fuerte influencia de las frutas, cuyos precios se vieron reducidos un 16,52 por ciento.
El resultado de 2017 quedó cerca de la previsión del Banco Central, que estimaba una inflación de un 2,8 por ciento el año pasado.