Un profesor estadounidense con "corazón chino" |
Xiamen,16/10/2018(El Pueblo en Línea)-William Brown, de 62 años, profesor de negocios de la Universidad de Xiamen, se ha pasado casi la mitad de su vida residiendo en Fujian. Durante todo este tiempo ha desarrollado lo que él denomina un "corazón chino ".
Oriundo de Estados Unidos, Brown habla mandarín con fluidez. Su destino ha estado ligado durante 30 años a Xiamen, una de las cinco primeras zonas económicas especiales de China.
Desde esa época, el distinguido profesor ha sido testigo de las dificultades de la vida y el desarrollo del país. La fuerte inversión de Taiwán y Hong Kong, así como de países extranjeros, ayudaron a que Xiamen formara parte de la vanguardia del proceso de reforma y apertura de China.
El amor de Brown por esta ciudad comenzó en los años 70, cuando lo destinaron a Taiwán dentro de la fuerza aérea de EE.UU.
"Tenía curiosidad acerca de la gente de China continental", recuerda. "Xiamen está justo al otro lado del estrecho de Taiwán”.
"Cuando regresé a los Estados Unidos y conocí a mi esposa, la primera vez que salimos hablamos de China. Nos pareció que a los dos nos interesaba China continental. Es por ello por lo que suelo decir que China fue nuestra casamentera."
En 1988, Brown vendió su empresa y se mudó a Xiamen con su esposa y sus dos hijos.
"Elegí la Universidad de Xiamen porque era la única universidad que permitía a los extranjeros traer a sus familias y les ofrecía aprender chino", asegura Brown.
El viaje fue difícil. Después de un largo vuelo desde los Ángeles a Hong Kong, su familia tomó un viaje de 18 horas en barco por la costa hasta llegar a Xiamen.
La vida diaria presentaba muchos inconvenientes. Faltaba la electricidad durante días, e incluso el agua del grifo. Sólo había tres rutas de autobuses en toda la ciudad.
"Los pisos de los autobuses estaban hechos de madera y los gases entraban al vehículo”, indica.
A pesar de todo, Brown entendió que China se encaminaba rápidamente a mejorar su economía y el nivel de vida del pueblo.
En 1992, el profesor Brown se convirtió en el primer extranjero en obtener la residencia permanente en Fujian. Mucha gente se sorprendió y le preguntó por qué, ya que muchos chinos estaban ansiosos de irse al extranjero. Brown respondió que las oportunidades futuras no estarían fuera, sino dentro de China.
Un año después, Brown compró una camioneta. Él y su familia pasaron tres meses conduciendo más de 40.000 kilómetros alrededor de China.
Era 1994. En un viaje desde el desierto de Gobi hasta la Región Autónoma del Tíbet, la familia Brown percibió que cada rincón de China estaba cambiando. Las carreteras de nueva construcción llevaban a lugares interiores como la provincia de Gansu y a la Región Autónoma de Ningxia Hui, donde se construían escuelas y hospitales en las zonas rurales.
"A ojos extranjeros, podría parecer extraño que el gobierno “desperdiciara” tanto dinero creando infraestructura en lugares tan pobres y remotos, sin embargo comprendí que el gobierno chino tenía una perspectiva a largo plazo”, asegura Brown.
"Como dice el refrán: •”Entrégale a un hombre un pez y comerá un día, enséñale a pescar y comerá toda la vida”. Debido a la infraestructura de clase mundial que China ha logrado crear, se ha ido reduciendo la pobreza en el país."
En 2002, Brown pasó ocho meses ayudando a elaborar la candidatura de Xiamen para obtener el título internacional Ciudad Jardín.
Como portavoz de la ciudad, Brown informó a los jueces en Stuttgart, Alemania, que en los 14 años que había residido en Xiamen, la ciudad se había transformado en una de las ciudades más habitables del mundo, con un equilibrio único de crecimiento y verdor.
Xiamen logró ganar ese merecido honor.
Además de la enseñanza, Brown ahora está comprometido con el desarrollo de portales digitales en inglés y ha publicado más de 10 libros sobre Xiamen y Fujian.
Una vez, cuando entró en una librería, encontró a jóvenes estudiantes leyendo sus libros utilizando diccionarios.
"Los jóvenes aman su ciudad y querían conocer la perspectiva que un extranjero residente tiene sobre ella", afirma Brown.
Luego comenzó a publicar sus libros en chino e inglés, comenzando con “Descubriendo Gulangyu”, la pequeña isla de Xiamen conocida como "la milla cuadrada más rica de la tierra". En julio del año pasado, Gulangyu fue incluida en la lista del patrimonio mundial de la UNESCO por su rica historia cultural y sus históricos edificios.
Brown considera que China ha logrado grandes cambios gracias a las acertadas políticas de reforma y apertura que se implementan desde 1978. El país ha aprendido mucho del mundo, pero hoy el mundo también tiene mucho que aprender de China. Y citó como ejemplo el sistema de trenes de alta velocidad.
"La primera vez que tomé un tren bala fue desde Xiamen hacia Fuzhou (capital provincial de Fujian) con mi esposa e hijos", destaca Brown. "Fue tan rápido y tan cómodo que no nos sentimos como si estuviéramos viajando. Es muy positivo que China tenga uno de los mejores sistemas de carreteras y ferrocarriles del mundo."
Brown es también un ávido usuario de Alipay.
"Es tan conveniente; Estoy asombrado de que el resto del mundo no haya aprendido de Alipay y WeChat para que desarollen aplicaciones similares. Es una pequeña muestra de que China no sólo ha alcanzado el nivel del resto del mundo, sino que lo ha superado."
Cada vez que alguien asegura que Xiamen es la segunda ciudad natal de Brown, el profesor los corrige inmediatamente. "Xiamen es mi primera ciudad natal porque, en Estados Unidos, en la ciudad que más tiempo viví llegó a 7 años, mientras que en Xiamen he vivido 30 años".
Cuando piensa en su futuro, Brown sonrie y confiesa: "Me quedaré en Xiamen."
“China es tan encantadora, y con su continua reforma y apertura no puedo ni imaginar cómo será el país en los próximos 40 años". “Quiero vivir y ser parte de todo esto.”