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Resaltan cooperación china en construcción de base brasileña en la Antártida

BRASILIA, 16 ene (Xinhua) -- El Capitán de Fragata de la Marina de Brasil, Newton Fagundes, uno de los responsables de las obras para la construcción de la nueva Estación Antártica Comandante Ferraz, destacó la cooperación entre chinos y brasileños en la edificación de esta base.

La nueva estación brasileña, construida por la empresa china CEIEC (China National Electronics Import and Export Corporation), fue inaugurada en la noche del miércoles por el vicepresidente Hamilton Mourao, en una ceremonia con la presencia de altas autoridades del gobierno y la comunidad científica del país sudamericano.

En una entrevista telefónica con Xinhua desde la Antártida, Fagundes elogió la calidad del trabajo técnico de la parte china, y consideró que fueron sentadas las bases para dar continuidad a la cooperación en el desarrollo tecnológico.

El proceso de construcción de la base, iniciado en diciembre de 2016, presentó una serie de desafíos que llevó a desarrollar nuevos procedimientos y tecnologías. Esta edificación sustituye a otra que fue destruída por un incendio en 2012, cuando murieron dos militares,

"Hicimos una serie de investigaciones geotécnicas, para verificar las condiciones de carga del suelo, en conjunto con la empresa CEIEC, y también con la participación de algunos profesores de la universidad Tsinghua, para desarrollar el prototipo de la estación en China y también la fabricación de las piezas metálicas para la construcción de la nueva estación", explicó Fagundes.

Todo el premontaje de la obra fue hecha en China, hasta la época de la efectiva construcción en el suelo antártico, en cooperación técnica conjunta de la parte brasileña con los ingenieros chinos.

CEIEC tuvo que dividir el proyecto en tres etapas, ya que cualquier actividad externa en la Antártida entre abril y octubre es imposible debido al intenso frío, las tormentas de nieve y los fuertes vientos.

En China fueron construídos módulos durante el invierno, y luego tranportados a la Antártida los veranos de 2017, 2018 y 2019 para su instalación.

"Debido a las necesidades de la región, con vientos que pueden llegar a 200 km por hora, el suelo con ciclos de congelamiento y descongelamiento, el clima, fue difícil la construcción, pero con el esfuerzo de todo el equipo técnico, conseguimos cumplir el cronograma original", explicó Fagundes.

"Tuvimos problemas, que toda la obra tiene, pero conseguimos ajustar de acuerdo a los desafíos que la naturaleza nos presentaba. Cuando el clima no lo permitía teníamos que parar. La construcción civil siempre presenta dificultades, imagine aquí en la Antártida. Pero conseguimos acompañar el cronograma prestablecido, siempre en conjunto, y haciendo las adaptaciones para cumplir los plazos contractuales", agregó.

La configuración de la nueva Estación Antártica Comandante Ferraz, construída tres décadas después que la antigua base, permitió la utilización de tecnología moderna que ofrece seguridad para los investigadores y la tripulación dentro de la base.

Además, fue implementado todo un sistema de seguridad, de alarmas de incendio, bien distribuida, con tecnología mucho más avanzada que la anterior.

"Tenemos aquí energías renovables, ocho aerogeneradores de energía eólica de pequeño porte que traen una cantidad de energía, sumada a la energía solar, que corresponde a 20 por ciento de la demanda de la nueva estación. Eso es un avance muy grande con relación a la otra base. Eso es una contribución que la comunidad científica da a nuestra sociedad", resaltó.

Desde el punto de vista técnico de ingeniería, fue proyectada una estación aerodinámica, suspendida sobre columnas por encima del suelo, que permite que los fuertes vientos eviten que haya acumulación de nieve en la parte inferior de la estación.

"Es importante destacar con relación a las fundaciones, que hicimos un trabajo conjunto con la CEIEC para verificar el comportamiento del suelo local, por el ciclo de congelamiento del suelo, que es un tópico muy importante en la Antártida, para la seguridad de cualquier cosa que venga a ser construída aquí", señaló el ingeniero brasileño.

"Fue muy bien pensado, muy bien analizado. Identificamos esa camada más sensible que podría dar algún tipo de problema, y conseguimos hacer las fundaciones abajo de esa camada, pensando en la seguridad y estabilidad de toda la edificación, y de la seguridad de las personas", apuntó.

A lo largo de ese período de ejecución de la obra, para vencer los desafíos acabamos encontrando tecnologías que no teníamos antes.

"Hubo el desarrollo de tecnología para vencer dificultades. Creemos que es muy importante continuar desarrollándolas, tecnologías para la construcción civil en estas áreas inhóspitas, que nosotros consideramos difíciles de convivir, debido a los condicionantes ambientales, vientos fuertes, movimientos sísmicos también, y ciclos de congelamiento y descongelamiento", resaltó.

Desde la fase de la prospección y de los ensayos de carga y placa de la resistencia del suelo, por necesidad fueron generados nuevos conocimientos y nuevos procedimientos tanto de ensayo como de ejecución de la obra.

"Nosotros creemos que la continuidad de esos estudios va a ser muy importante para la comunidad científica internacional. Hay otras estaciones, de diversos países, que precisan tener total seguridad para las personas que van a convivir aquí", indicó Fagundes.

"Durante esa fase imaginamos muchas tecnologías que pretendemos continuar desarrollando en conjunto con los chinos, con las universidades chinas y brasileñas, con la parte académica, los científicos que están aquí. Yo diría que es un trabajo multidisciplinar, que involucra no sólo la ingeniería sino también las ciencias de la tierra. Es un trabajo de altísimo interés", enfatizó.

"Esa convivencia con los técnicos chinos, ha sido una experiencia muy interesante, un intercambio de informaciones técnicas. Ha sido un placer inmenso trabajar con los chinos", concluyó.