BEIJING, 29 dic (Xinhua) -- En vista de que la segunda mayor economía del mundo se encuentra en una transición histórica, su banco central, el Banco Popular de China, dispone de muchas bazas para hacer malabares.
Mantener el crecimiento, apoyar la reforma estructural, frenar las burbujas de activos y evitar los riesgos financieros -- frente a tareas cada vez más delicadas, la regulación monetaria del emisor chino también ha evolucionado.
El año pasado, las autoridades monetarias introdujeron un marco regulatorio actualizado, crearon nuevas herramientas de liquidez y perfeccionaron sus maniobras.
China continuará manteniendo su política monetaria prudente y neutral en 2018, declararon las autoridades centrales en la reunión anual de planeación económica, celebrada este mes.
Esta postura está en línea con la realidad cambiante: el crecimiento económico se ha desacelerado, una oleada de créditos ha alimentado los riesgos, los mercados se han vuelto más liberalizados pero también más volátiles, mientras que la transición hacia una economía más sostenible y de alta calidad sigue siendo imperativa.
Hacer frente a estos desafíos exige tácticas monetarias más precisas y ágiles, y la forma en que China lo haga tiene implicaciones para los inversores a nivel mundial, ya que cada vez se abre más al mundo.
MARCO DE POLÍTICA DE DOS PILARES
A principios de este año, el Banco Popular de China introdujo un marco de política de "dos pilares", con la justificación de que las burbujas de los precios de los activos no pueden prevenirse sin la cooperación de la política macroprudencial y la política monetaria.
Si bien la política monetaria tradicional puede abordar las fluctuaciones de los ciclos económicos, por sí sola no puede hacer frente a los altibajos de los ciclos financieros.
La crisis financiera mundial fue un buen ejemplo. Antes de la crisis de las hipotecas de alto riesgo (en inglés, "subprime") en Estados Unidos en 2007, aunque la economía mundial venía creciendo vigorosamente y con una inflación constante, los desbocados mercados bursátiles y los incontenibles precios de la vivienda sembraron las semillas de la crisis.
El tema es particularmente relevante en China hoy en día, ya que el país está inmerso en un proceso de desapalancamiento, poniendo estrictos controles al mercado inmobiliario para desinflar las burbujas de activos, que son indicadores clave de los ciclos financieros.
"Los riesgos provienen tanto del área económica como de la financiera, por eso es que necesitamos el marco de dos pilares", explicó Lu Lei, subdirector de la Administración Estatal de Divisas.
Bajo el marco de "dos pilares", el banco central regula las instituciones financieras mediante ajustes contracíclicos a través del sistema de evaluación macroprudencial (MPA, por sus siglas en inglés), que hace seguimiento a los índices de suficiencia de capital, los activos y pasivos, la liquidez, los riesgos de financiamiento transfronterizo y otras condiciones de los bancos.
Con el fin de hacer el sistema más efectivo, este año el Banco Popular de China comenzó a incluir productos extracontables de gestión del patrimonio en las evaluaciones macroprudenciales. Con esto podrá cubrir más actividades financieras, mercados, instituciones e infraestructura.
HERRAMIENTAS ESTRUCTURALES
Como complemento de la orientación macroeconómica, el emisor ha creado en los últimos años nuevas herramientas de gestión de la liquidez, como el Mecanismo de Préstamo a Mediano Plazo (MLF, en inglés) y el Crédito Suplementario Pignorado (PSL), como vehículos para la expansión del balance general.
En lugar de recortes generales de tasas y ajustes al coeficiente de reserva obligatoria (RRR), China se está basando más en el uso de herramientas algo complejas para inyectar o retirar liquidez a diferentes tasas y por diferentes periodos de tiempo.
"El uso del MLF y el PSL mejora la administración monetaria del banco central al permitirle afinar la provisión de liquidez a un nivel operacional sin interferir con la dirección monetaria amplia", según un informe publicado el mes pasado por la agencia de calificación de riesgo Moody's.
Este año, el Banco Popular de China comenzó a utilizar el servicio de liquidez temporal y los acuerdos de recompra inversa, o repos inversos, a 63 días, ambas herramientas nuevas para mantener estable la liquidez sin excederse en las inyecciones de dinero.
Para aliviar el desequilibrio estructural en los flujos de dinero, el emisor también ha recurrido a medidas específicas para guiar los fondos hacia los sectores más necesitados de la economía real, a fin de apuntalar un crecimiento de mayor calidad.
En un intento por mejorar el respaldo crediticio para las empresas pequeñas y las microempresas, así como para las empresas emergentes y la producción agrícola, el emisor chino anunció en septiembre un recorte orientado del RRR.
La nueva política, que entrará en vigencia en 2018, ofrece a los bancos comerciales un recorte del RRR de 0,5 a 1,5 puntos porcentuales respecto del próximo año si sus préstamos vigentes o nuevos en financiamiento inclusivo cumplen con ciertos requisitos.
Al comentar sobre la postura de política establecida en la Conferencia Central de Trabajo Económico, un equipo de investigación del Banco de Comunicaciones dijo tener confienza en que dicho ajuste estructural continuará en 2018, y que son pocas las posibilidades de cambio en el RRR o las tasas de interés universales.