Por Raúl Menchaca
SANTIAGO DE CUBA, 1 ene (Xinhua) -- La oriental ciudad de Santiago de Cuba, segunda en importancia de la isla, desempeñó un papel destacado en la lucha que encabezó Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista y es considerada como Cuna de la Revolución Cubana, que hoy lunes celebra 59 años de su triunfo revolucionario.
En esta calurosa urbe, donde hoy viven casi medio millón de personas, Fidel Castro encabezó, el 26 de julio de 1953, el asalto al Cuartel Moncada, entonces la segunda fortaleza militar de la isla, acción considerada como el inicio de la guerra contra la dictadura.
Para mantener los preparativos en secreto, Castro organizó a un centenar de jóvenes, en su mayoría de La Habana, a quienes transportó poco a poco hasta Santiago de Cuba y ubicó en la Granja Siboney, ubicada a unos 13 kilómetros al oriente de la ciudad, en un punto antes bastante despoblado.
En esa granja, alquilada por Castro, los revolucionarios montaron un falso negocio de cría de aves y allí reunieron armas, pertrechos y a todos los implicados para salir en varios autos hasta el Cuartel Moncada.
En la actualidad, el inmueble es un museo que archiva armas y ropas de los asaltantes, así como objetos personales y hasta uno de los 16 autos utilizados en la acción.
"Aquí se pueden apreciar todos los preparativos del ataque y cómo la Granja se convirtió en un improvisado y secreto campamento militar", explicó a Xinhua la museóloga Aleidy Oliva.
Para no despertar sospechas, Castro aprovechó los conocidos carnavales de la ciudad, y en la madrugada del 26 de julio lanzó el ataque con el fin de dominar la fortaleza y sublevar a la población de Santiago de Cuba e iniciar la lucha contra el régimen de Batista.
El asalto, sin embargo, resultó fallido, porque no funcionó el previsto factor sorpresa y los asaltantes, que eran todos civiles sin experiencia militar, fueron rápidamente superados por una fuerza mayor y mejor armada.
Más tarde, varias decenas de asaltantes, capturados después de la acción, fueron torturados y asesinados por las tropas del régimen en el mismo escenario de los hechos.
En el Cuartel Moncada, convertido en una escuela tras el triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959, está instalado hoy en día un museo en los espacios que antes ocuparan una celda, la barbería y las oficinas del Servicio de Inteligencia del Regimiento.
"El museo tiene siete salas que recogen toda la acción de los revolucionarios encabezados por Fidel y el contexto en que se realizó el asalto", detalló la museóloga Ana Santacruz.
Más de 3 millones de personas, entre cubanos y extranjeros, han visitado la institución, abierta hace ya medio siglo, y cuya vistosa arquitectura de los pabellones, con el muro perimetral pintado de amarillo, forma parte del atractivo de la urbe.
Tras los sucesos, Castro y sus compañeros fueron juzgados en la Audiencia de la ciudad, donde el líder asumió su propia defensa con un alegato que es conocido como "La historia me absolverá".
Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, mientras que el resto de los asaltantes recibieron distintas penas que cumplieron todos en el antiguo Presidio Modelo, en la actual Isla de la Juventud.
Tras unos 20 meses de cárcel, los asaltantes fueron indultados por la presión popular y partieron hacia México, desde donde regresaron a la isla en diciembre de 1956 para reiniciar la lucha armada en la Sierra Maestra.
En apoyo al desembarco, la ciudad de Santiago de Cuba se sublevó el 30 de noviembre de ese año, fecha en que estaba previsto el arribo del yate Granma con la fuerza guerrillera, pero la llegada no se cumplió debido al mal tiempo que retrasó la marcha de la embarcación.
Ese día, un grupo de guerrilleros urbanos, encabezados por el joven Frank País, enfrentó por las armas al Ejército y por primera vez salieron a la luz los uniformes verde olivo que constituirían el sello de los revolucionarios cubanos.
Ocho meses después, en julio de 1957, País, con solo 23 años de edad, fue ultimado por las fuerzas militares en las calles de la ciudad, después de una delación.
En la actualidad, un inmenso monumento ubicado sobre una elevación a la entrada de la bahía santiaguera, recuerda la breve vida del joven revolucionario, considerado como un símbolo de rebeldía.
El 1 de enero de 1984, el propio Fidel Castro, entonces presidente, entregó a Santiago de Cuba la distinción de "Ciudad Heroica de la República de Cuba".
Todos esos avatares de la historia cubana más reciente explican por qué Fidel Castro, quien falleció el 25 de noviembre de 2016, está enterrado en el cementerio de Santa Ifigenia, la principal necrópolis de Santiago de Cuba.