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Cuando la tradición se topa con la ley

SHIJIAZHUANG, 4 ene (Xinhua) -- El trabajo de Yang Fengshen era jugar con fuego. Y así lo hizo durante 20 años. Y gracias a ello se ganó el pan y el respeto de la gente. Pero ahora su artesanía es ilegal, y el ya anciano Yang asume ahora la carga de una sentencia judicial.

Yang, de 79 años, había sido el principal organizador de un "espectáculo de fuegos artificiales tradicionales" en el distrito de Zhaoxian en la provincia norteña china de Hebei, hasta que fue detenido y acusado del delito de elaboración ilegal de explosivos en 2017.

En abril del año pasado fue condenado a cuatro años más seis meses de prisión por el tribunal popular del distrito. Apeló ante el Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Shijiazhuang. El 29 de diciembre Yang fue hallado culpable del delito, pero le eximieron de la sanción penal, según la sentencia.

"No estoy contento con la sentencia, pero no voy a apelar", apunta y alude que fue por razones de salud.

El distrito de Zhaoxian también alberga el puente de Zhaozhou, un puente arqueado de piedra de 1.400 años de historia bajo protección nacional. Yang indica que la tradición del espectáculo de fuego artificiales de Wudao se remonta a hace 2.000 años, una actuación que la convierte en más antigua que el puente. En el pueblo de Yang, la tradición ha sido mantenida hasta hoy en día.

En 2011, el espectáculo de fuegos artificiales fue incluido como patrimonio cultural inmaterial a nivel provincial, y Yang luego recibió fondos gubernamentales para el espectáculo.

"El espectáculo de fuegos artificiales de Wudao de Zhaoxian siempre trae alegría. Es un día en el que el pueblo puede celebrar la excelente cosecha del año pasado y rezar por un buen año nuevo", según la descripción en un sitio web del gobierno.

Sólo Yang Fengshen conoce los ingredientes claves de la "botella del flor de pera", un fuego artificial en forma de cilindro que se puede sostener en una mano.

Yang desvela que ni su hijo sabe cómo elaborar este petardo. Tuvo un aprendiz que estuvo con él durante un año, pero el chico lo abandonó antes de manejar las técnicas.

"Llevo los últimos 20 años elaborando botellas del flor de pera. Cada año hago unas 200. Nadie nunca me dijo que fuese ilegal", indica Yang.

Yang fue detenido por la policía el 19 de febrero de 2016, cuando se preparaba para el festival de las linternas, cuando hay fuegos artificiales desde el amanecer al atardecer. Fue puesto luego en libertad bajo fianza debido a razones de salud.

"Ahora se publica la sentencia, y la elaboración de fuegos artificiales es ilegal, no puedo seguir con ello", se lamenta Yang.

China tiene más de 1.300 tradiciones que forman parte del patrimonio cultural inmaterial a nivel nacional, entre ellas la Ópera de Pekín. Además, cada provincia también tiene su propio patrimonio cultural.

Sin embargo, las tradiciones milenarias suelen entrar en conflicto con la ley moderna. En 2016, cuatro artistas de la ópera de mono fueron condenados a prisión por el transporte ilegal de animales salvajes en la provincia central china de Henan.

"Es difícil evitar los conflictos entre la tradición y la ley en este caso", explica el abogado de Yang, Yang yu.

"Las autoridades deben proporcionar mejores servicios para que las tradiciones y la cultura folclórica se puedan realizar dentro del marco de la ley", aconseja.

Dr. Cai Fei, de la Universidad Suroccidental de las Ciencias Políticas y Derecho, comentó que en este caso, el juez estaba aplicando casi mecánicamente la ley, pero debería mostrar mejor saber jurídico.

Cai destaca que hay vías para resolver el dilema. En el distrito de Taishun en la provincia de Zhejiang, hay un espectáculo de marionetas que también incluye el uso de fuegos artificiales.

"Los que continúan la tradición tienen prohibido almacenar pólvora negra en sus casas. Cada vez que la necesitan, hacen una solicitud al centro de patrimonio y se registran en la policía antes de comprar fuegos artificiales para el espectáculo. El patrimonio cultural solo pueden sobrevivir dentro de la ley", concluye Cai.