BRUSELAS, 10 ene (Xinhua) -- Tras concluir su exitosa visita a China, un video que muestra al presidente francés Emmanuel Macron aprendiendo mandarín le hizo ganar el aprecio del pueblo chino y demostró a detalle su intención de construir una nueva relación con China.
Determinación y humildad, las palabras que Macron dijo en una entrevista antes de la visita, fueron ampliamente percibidas por el pueblo chino, sobre todo en el video por sus esfuerzos para pronunciar en mandarín "hacer grande al planeta otra vez", un juego de palabras del lema del presidente Donald Trump "Make America Great Again".
Macron intentó con humildad el idioma del invitado y decidió ejecutar de forma adecuada los difíciles tonos del mandarín. Y lo logró.
Durante un viaje por la Ciudad Prohibida de Beijing, Macron dejó clara su mentalidad abierta: "Estamos aquí con mucha humildad y curiosidad. Humildad porque no pretendemos entenderlo en tan poco tiempo. Esta visita nos permite tomar un poco del lugar y profundidad de la civilización china.
Esta actitud, en abierto contraste con la arrogancia y condescendencia a veces vistos en la diplomacia de poder occidental, es uno de los factores cruciales que cultiva la confianza y la amistad en China.
Como primer líder de un Estado miembro de la Unión Europea en visitar China desde el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista de China que abrió una nueva etapa para el pueblo chino, y en el contexto de la incertidumbre por Alemania y el Brexit, la diplomacia de Macron pone un buen ejemplo para sus colegas europeos, no sólo por el estilo, sino por el contenido.
Macron dijo que Francia participará activamente en la iniciativa de la Franja y la Ruta e hizo eco de la propuesta clave de China para buscar la prosperidad común en la comunidad internacional.
Macron también prometió trabajar con China para abordar los desafíos comunes de la comunidad internacional, defender la globalización y el multilateralismo, ahora que se necesita más que nunca.
El populismo y el nacionalismo con fuertes tendencias proteccionistas no son la solución para los problemas que enfrenta el mundo.
Una economía mundial abierta con igualdad de oportunidades y un proceso de globalización económica más transparente, inclusiva y equilibrada beneficia a todos. La liberalización y facilitación del comercio y la inversión deben ser reafirmados, como hicieron China y Francia.
Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, es considerado por China un importante país con el que puede coordinarse en asuntos internacionales con la esperanza de promover la estabilidad y prosperidad mundiales.
No se desea ni un policía mundial ni un vacío de liderazgo global cuando hay tantos desafíos mundiales.
China y Francia prometieron mantener los esfuerzos ante el cambio climático. Macron es un conocido defensor del medio ambiente que encontrará en China un socio estable que ha limpiado su propio entorno a un ritmo sin precedentes.
Juntos, los dos países podrán ayudar a "hacer grande al planeta otra vez".