LA HABANA, 2 ene (Xinhua) -- El turismo sigue siendo hoy una de las principales fuentes de ingresos de divisas para Cuba, que en este nuevo año espera un incremento de visitantes foráneos, así como de su estancia en la isla y de los ingresos para la economía nacional.
De acuerdo con los pronósticos oficiales, en 2018 la ínsula aspira a recibir cinco millones de vacacionistas extranjeros, para un alza de más del seis por ciento en comparación con lo logrado en 2017, cuando la cifra alcanzó, solo hasta noviembre, los 4.257.754 visitantes.
Ante estas previsiones, y dada la importancia de esa actividad económica, las autoridades del sector de la nación antillana priorizan su atención, y destinan cuantiosos recursos al servicio al cliente y al cuidado, reparación y ampliación de las instalaciones hoteleras y otros espacios afines.
En 2017, Canadá se mantuvo como el principal emisor de turistas a Cuba, seguido por Francia, Italia, Rusia, España, Argentina y Brasil, mercados que superaron sus cifras récord, a la vez que crecieron los arribos desde Estados Unidos, al amparo de las 12 categorías de viaje autorizadas por Washington bajo las restricciones impuestas por el presidente Donald Trump.
Entre los atractivos de la isla que mencionan los visitantes procedentes de cualquier país están los paisajes naturales, los destinos de sol y playa, el clima cálido y la seguridad ciudadana, la historia y cultura locales, así como el calor humano y el alegre y amistoso de los cubanos, lo que hace de la isla -dicen- su destino favorito.
Una modalidad que se abre paso en el sector es la del arribo de cruceros a las radas del país insular, que permiten a los viajeros conocer de primera mano la realidad cubana, su pueblo, su cultura y las bellezas naturales y arquitectónicas.
De acuerdo con el Ministerio de Turismo (Mintur), en el pasado año la llegada de esos hoteles flotantes creció en 230 por ciento, y se espera que en 2018 continúe esa tendencia favorable, a la vez que se han recibido nuevas solicitudes de operaciones aéreas para la presente temporada alta de vacacionistas, que se extiende de noviembre a abril.
No obstante, hay situaciones que atentan contra la principal industria de Cuba, como el bloqueo económico, comercial y financiero que Estados Unidos mantiene hace más de medio siglo contra el país caribeño, el cual afecta todas las áreas de la economía nacional, además del frecuente paso de huracanes que cada vez dañan campos, ciudades y los polos turísticos.
Tal fue el caso del huracán Irma, que entre el 8 y el 10 de septiembre pasado golpeó a 12 de las 15 provincias cubanas y causó estragos en los principales enclaves turísticos, como el balneario de Varadero -el más famoso de la isla- y las cayerías al norte de Ciego de Ávila y Villa Clara, en el centro del país.
Los cayos avileños Coco y Guillermo, y Santa María, en el norte villaclareño, fueron los más afectados por el mayor y más potente huracán jamás registrado en la región, pero sus instalaciones fueron reconstruidas de inmediato, para continuar acogiendo vacacionistas de los más diversos lugares del orbe.
También hay detalles que mejorar, para continuar brindando un servicio de excelencia a los visitantes extranjeros, quienes -según el Mintur- se han quejado a veces de la escasa señalización vial, los inconvenientes que acarrea el cambio de moneda y la insuficiente higiene de algunas ciudades, en lo cual -asegura esa dependencia gubernamental- se está trabajando.
Pero en general, el saldo es positivo, y prueba de ello es que la mayoría de las personas que viajan a la isla, "se enamoran" del país, y repiten sus visitas siempre que sus trabajos, responsabilidades o finanzas se lo permiten, a la vez que miles de ellos comentan en las redes sobre el buen tiempo que pasaron en la nación antillana.