Paul Ryan, el funcionario republicano de más alto nivel, no descartó hoy la posibilidad de retirar su apoyo al candidato presidencial republicano Donald Trump.
Cuando se le preguntó en una entrevista con la radio local WTAQ de Wisconsin, su estado natal, si hay situaciones que pudieran conducirlo a retirar su apoyo, Ryan contestó que "por supuesto que las hay".
"Nada de esto es nunca un cheque en blanco. Esto aplica para cualquier situación en cualquier tipo de competencia", dijo Ryan antes de enfatizar que Trump ganó la nominación republicana "limpiamente".
En sus primeros comentarios públicos desde que Trump se negó a apoyar su reelección, Ryan, quien renuentemente tomó el mando de la Cámara de Representantes hace menos de un año luego de la renuncia de su predecesor John Boehner, restó importancia a la falta de apoyo de Trump.
"Los únicos apoyos que quiero son los de mis jefes aquí en el primer distrito del Congreso y ahí es donde mi atención está centrada", dijo Ryan.
La disputa entre Ryan y Trump de nuevo salió a la luz a principios de la semana luego de que Trump declino apoyar a Ryan en la elecciones primaria republicana de la próxima semana.
"Paul me cae bien, pero estos son momentos horribles para nuestro país", dijo Trump en una entrevista con el Washington Post el martes. "Necesitamos un liderazgo muy fuerte. Necesitamos un liderazgo mucho muy fuerte. Y yo todavía no he tomado una decisión (sobre el apoyo a Ryan)".
El rechazo de esta ocasión de Trump a Ryan equivale a la respuesta inicial de Ryan al triunfo de Trump en la carrera por la nominación en mayo cuando el legislador de Wisconsin dijo que "no estaba listo" para apoyar al belicoso multimillonario republicano.
El acercamiento propiciado más tarde por el presidente del Comité Nacional Republicano Reince Priebus condujo a Ryan a apoyar a Trump.
Pero las críticas de Ryan a Trump no terminaron tras su apoyo.
En junio criticó al multimillonario por sus "comentarios racistas de libro de texto" sobre un juez por causa de su origen étnico.
Las tensiones entre los dos se agravaron de nuevo el pasado fin de semana cuando Trump respondió con sorna a las críticas de Khizr Khan, padre de un soldado estadounidenses musulmán muerto en un ataque suicida en Irak en el 2004.
Durante la Convención Nacional Demócrata de la semana pasada, Khan criticó a Trump por sus declaraciones divisivas y por su propuesta para prohibir temporalmente el ingreso de musulmanes al país y pidió a los electores votar por Hillary Clinton, la candidata presidencial demócrata.
Trump respondió insinuando que Khizr Khan prohibió hablar a su esposa, Ghazala Khan, quien lo acompañó en el escenario en el último día de la convención.
La respuesta a los comentarios de Trump llegó con rapidez de los dos partidos. La oficina de prensa de Ryan emitió una declaración mordaz en la que no mencionó el nombre de Trump, pero en la que condenó "una prueba religiosa para poder entrar a nuestro país".
"Muchos estadounidenses musulmanes han servido con valentía en nuestro ejército y han realizado el sacrificio final. El capitán Khan fue uno de estos ejemplos valientes. Siempre se debe honrar su sacrificio y el de Khizr y Ghazala Khan. Punto", indicó la declaración.
El presidente Barack Obama también entró el martes en la controversia, describió a Trump como "no apto" para ser presidente de Estados Unidos y pidió a los líderes republicanos retirarle su apoyo.
"La pregunta que (los líderes republicanos) tienen que hacerse es: Si constantemente tienen que señalar en términos muy enérgicos que lo que él (Trump) dijo es inaceptable, ¿por qué lo siguen apoyando?" dijo Obama en una conferencia de prensa. "¿Qué dice sobre su partido que este sea su representante?"