La política fiscal debe ser más dinámica y eficaz. Este año se planea que el déficit sea del 3% y el déficit fiscal se sitúe en 2,38 billones de yuanes, 200.000 millones más que en el ejercicio anterior. De la primera cantidad, 1,55 billones corresponderán al déficit de la hacienda central y 830.000 millones, al de las haciendas territoriales. Además, se proyecta que los gobiernos territoriales emitan bonos especiales por un valor de 800.000 millones de yuanes y que sigan emitiendo bonos sustitutorios. El mantener invariable la tasa del déficit tiene como principal objetivo aplicar una mayor reducción tributaria y tarifaria, de modo que a lo largo del año la carga tributaria de las empresas se aligere en unos 350.000 millones de yuanes y los cobros tarifarios aplicados a las empresas disminuyan en unos 200.000 millones, a fin de asegurarse de que los agentes del mercado puedan percibirlo personalmente. La programación de los presupuestos fiscales debe acentuar las prioridades, asegurando el de unos sectores y recortando el de otros, e intensificar la subsanación de los puntos débiles y el favorecimiento de la vida del pueblo. La magnitud de los pagos de transferencia ordinarios a las haciendas territoriales aumentará un 9,5%, priorizándose el incremento de los pagos de transferencia de carácter equilibrador y los subsidios financieros destinados a las zonas pobres. Hay que reducir los gastos no prioritarios y disminuir las partidas presupuestarias asignadas a proyectos con bajo rendimiento. Los gobiernos de las distintas instancias, encabezados por los departamentos del nivel central, han de persistir en llevar una vida frugal y disminuir todos sus gastos ordinarios en no menos del 5%, no estándoles en absoluto permitido aumentar los gastos en los "tres renglones públicos" [giras al extranjero o fuera de la parte continental, adquisición y uso de vehículos, y recepciones oficiales], con lo que habrá más fondos para la reducción tributaria y tarifaria; y deben asimismo mantenerse firmemente en el camino correcto de cultivar la frugalidad para que el pueblo pueda llevar una vida holgada.
La política monetaria tiene que seguir siendo prudente y neutra. Se prevé que este año tanto la provisión de dinero en sentido amplio (M2) como el saldo de la financiación total para la economía real aumenten aproximadamente un 12%. Es necesario hacer un uso integrado de los instrumentos de la política monetaria, a fin de preservar la estabilidad básica de la liquidez, de conducir razonablemente el nivel de los tipos de interés del mercado, de desobstruir el mecanismo de conducción de dicha política, y de promover que una cantidad mayor de recursos financieros fluya hacia la economía real, especialmente hacia el apoyo a los "tres pilares del agro" [la agricultura, el campo y el campesinado] y las pequeñas empresas y las microempresas. Se seguirá firmemente el rumbo de la reforma tendente a mercadizar los tipos de cambio y se mantendrá la posición estable del yuan en el sistema monetario global.
Este año, para llevar a buen término la labor del Gobierno hemos de ocuparnos como es debido de los siguientes puntos. Primero, aplicar la tónica general del trabajo consistente en pugnar por progresar sobre la base de la estabilidad, y mantener la firmeza estratégica. Siendo la estabilidad la situación general, hay que esforzarse por estabilizar el crecimiento, garantizar el empleo y prevenir los riesgos, y asegurarse de que no se franquea la línea de mínimos en ámbitos como la seguridad financiera, la garantización de las condiciones de vida del pueblo y la protección medioambiental, a fin de garantizar la estabilidad de la situación económica y social. Con la estabilidad como premisa, hemos de tener la valentía de avanzar, impulsar a fondo la reforma, acelerar el reajuste de la estructura y atrevernos con los "huesos duros de roer" , en un esfuerzo por lograr nuevos avances en los terrenos claves. Segundo, persistir en tomar el impulso de la reforma estructural por el lado de la oferta como línea principal. Hemos de tomar la mejora de la reforma estructural por el lado de la oferta como dirección principal del ataque y activar de continuo el vigor de los agentes microeconómicos a través de la simplificación de la administración, la reducción tributaria, la ampliación del acceso y el estímulo de la innovación, a fin de disminuir la oferta inefectiva y la de baja eficiencia, aumentar la efectiva y adaptar mejor la oferta a la demanda, y guiar esta última. Todo ello representa un proceso de cambio de modalidad y actualización semejante al de la metamorfosis de una crisálida en mariposa, un proceso tanto lleno de esperanza como de los dolores previos al alumbramiento, tanto muy apremiante como difícil y complejo. Debemos avanzar con intrepidez para franquear resueltamente este paso estratégico. Tercero, ampliar adecuadamente la demanda general y aumentar su eficacia. Dado el potencial enorme de la demanda interna de nuestro país, su ampliación es indispensable y posible, estando la clave de ello en localizar con exactitud el punto en el que desencadenar su energía. Es necesario ampliar el consumo ciñéndonos a la mejora de las condiciones de vida del pueblo e incrementar las inversiones con la mira puesta en la subsanación de los puntos débiles y en el aumento del vigor ulterior, al objeto de que la ampliación de la demanda interna sea más eficaz y sostenible, y de que la reforma estructural por el lado de la oferta y la administración por el lado de la demanda se complementen una con otra y se realcen mutuamente. Cuarto, apoyarse en la innovación para impulsar la sustitución de la energía motriz tradicional por la nueva, así como la optimización y actualización de las estructuras. En la etapa a la que ha llegado, el desarrollo de nuestro país no tendrá vía alguna si no se basa en la reforma y la innovación. Nuestra mano de obra es la más numerosa del mundo y su nivel de cualificación es alto, y contamos con el mayor contingente de personal científico y tecnológico y personal especializado, contingente en el cual subyace un potencial innovador enorme. Hay que persistir en tomar la reforma y la apertura como fuerza motriz y los recursos en mano de obra y personal calificado como sostén; acelerar el desarrollo innovador; fomentar y robustecer la nueva energía motriz, así como transformar la tradicional y elevar su nivel; aumentar la productividad total de los factores; e impulsar el mantenimiento del crecimiento económico en un ritmo medio superior y el ascenso de los sectores a las gamas media y alta. Quinto, esforzarse por resolver los problemas destacados que preocupan a la generalidad de las masas populares. Dado que toda la labor del Gobierno tiene como objetivo beneficiar al pueblo, hemos de poner en práctica la concepción del desarrollo centrada en él y comprender bien que la situación básica de nuestro país es la de que se halla en la etapa primaria del socialismo. En cuanto a los problemas que suscitan fuertes quejas entre las masas y cuya resolución estas esperan con ansiedad, es necesario esforzarse por solucionarlos sin tardanza si se dan las condiciones necesarias, al objeto de llevar a buen puerto las iniciativas positivas; y si por el momento resulta difícil solucionarlos, hay que esforzarse por crear condiciones para resolverlos gradualmente. Debemos persistir en llevar a cabo actuaciones prácticas para el pueblo y en solventar sus dificultades con la tenacidad y la firmeza del bambú arraigado en la roca, y hemos de propulsar la equidad y la justicia sociales, al objeto de que el principio de que el desarrollo es lo que cuenta se plasme en mayor medida en el incremento del bienestar del pueblo.